Icíar Boccio, del Departamento de Ortodoncia de Clínica Boccio, puede hablar de primera mano sobre la experiencia de haberse sometido a tratamiento de brackets tradicionales y posteriormente alineadores invisibles, así como de lo que ha supuesto esta nueva técnica de ortodoncia desde el punto de vista de su experiencia profesional. La joven ortodoncista de Clínica Boccio lo tiene claro en este sentido: “Nada que ver, todo son ventajas con los alineadores invisibles”.
Pregunta.- ¿Cuándo se sometió a su primer tratamiento de ortodoncia?
Respuesta.- Fue cuando tenía 12 años, y me sometí al tratamiento de brackets. Por aquel entonces no existía el tratamiento de ortodoncia invisible, de manera que no tenía más opciones, así que llevé los brackets durante un año y medio aproximadamente.
P.- ¿Y cómo fue la experiencia con los ‘brackets’?
R.- Como sabrá todo aquel que los haya llevado, resultan algo molestos, provocando rozaduras y rojeces, molestias en la zona posterior del arco, además de la comida que se queda, por lo que resulta complicado limpiarse. A esto le sumas la estética, lo que se ve, aunque para mí no era un problema, porque había muchas compañeras que también los llevaban. Pero, por ejemplo, para las personas adultas, la ortodoncia con brackets resulta más limitante por todo lo dicho.
P.- Posteriormente, optaría por los alineadores invisibles.
R.- Eso ocurrió al cumplir los 19 años. La verdad es que se me movieron un poco los dientes, por lo que decidí someterme otra vez en un tratamiento de ortodoncia, esta vez con alineadores invisibles. Iba a entrar en la Universidad y no quería volver a tener brackets, así que opté por este tratamiento novedoso con alineadores invisibles. Nada que ver; quedé encantada.
P.- Qué beneficios observó en el nuevo tratamiento ortodóncico respecto al anterior.
R.- Lo primero, la comodidad, y también las ventajas a nivel estético, porque a diferencia de los alambres metálicos, los alineadores invisibles no se notaban, tenías que verlo muy al detalle. Lo que más valoré como paciente fue la sencillez y la limpieza del tratamiento. Simplemente, tenía que llevar la funda todos los días, cambiándola cada dos semanas o cada diez días.
P.- ¿Y qué valoración hizo desde el punto de vista profesional, como ortodoncista?
R.- Desde el plano profesional, me han sorprendido las ventajas que tienen los alineadores invisibles a nivel de salud y bienestar, ya que este tratamiento respeta mucho más los tejidos y la salud de la boca. Por otro lado, una de las mayores desventajas que tienen los brackets es la limpieza, sobre todo en los adolescentes, a los que les cuesta más la higiene con esos hierros en la boca. Sin embargo, con los alineadores invisibles, al poder quitártelos para limpiarte, son increíbles los beneficios que se observan en cuanto al respeto de los tejidos y de la salud bucales.
P.- Para qué problemas de la cavidad oral se recomiendan los alineadores invisibles?
R.- Este tratamiento está recomendado para todo tipo de maloclusiones, al igual que pasa con los tradicionales brackets. Sean casos de mordidas abiertas, cruzadas, problemas sagitales… Además, la ortodoncia invisible también es compatible con otras técnicas como elásticos o tornillos (para esos movimientos que nos cuesten más). Por otro lado, hay que destacar que una de las ventajas importantes es que no hay límite de edad, y se ha visto que el tratamiento es mejor en niños que en adultos. Al principio, se aplicaba sólo en adultos porque se pensaba que un niño no podría seguir esa disciplina de colocarse los alineadores todos los días, pero se ha comprobado que no es así.
P.- No habría razón por la que hoy en día alguien pudiera tener temores en relación a estos alineadores.
R.- Ninguna. El gran enemigo que ha tenido la ortodoncia desde siempre ha sido la estética. Aunque para los niños los brackets eran algo que estaba incluso de moda y se llevaba bien, en el caso de los adultos siempre ha habido reticencias, ya sea por criterios estéticos o por las complicaciones en la higiene bucodental. Con la ortodoncia invisible, hemos observado que se trata de un tratamiento muy aceptado entre los pacientes adultos. De hecho, en Clínica Boccio se ha igualado e incluso superado el número de adultos que lleva alineadores invisibles al de brackets.
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